Evangelio Joven, Jóvenes SS.CC., PJV

Comentario al Evangelio Joven del 13 de octubre de 2024, XXVIII Domingo del Tiempo Ordinario Ciclo B

Autor: Elena Díaz ss.cc.

En aquel tiempo, cuando salía Jesús al camino, se le acercó uno corriendo, se arrodilló y le preguntó: «Maestro bueno, ¿qué haré para heredar la vida eterna?»
Jesús le contestó: «¿Por qué me llamas bueno? No hay nadie bueno más que Dios. Ya sabes los mandamientos: no matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no darás falso testimonio, no estafarás, honra a tu padre y a tu madre.»
Él replicó: «Maestro, todo eso lo he cumplido desde pequeño.»
Jesús se le quedó mirando con cariño y le dijo: «Una cosa te falta: anda, vende lo que tienes, dale el dinero a los pobres, así tendrás un tesoro en el cielo, y luego sígueme.»
A estas palabras, él frunció el ceño y se marchó pesaroso, porque era muy rico.
Jesús, mirando alrededor, dijo a sus discípulos: «¡Qué difícil les va a ser a los ricos entrar en el reino de Dios!»
Los discípulos se extrañaron de estas palabras.
Jesús añadió: «Hijos, ¡qué difícil les es entrar en el reino de Dios a los que ponen su confianza en el dinero! Más fácil le es a un camello pasar por el ojo de una aguja, que a un rico entrar en el reino de Dios.»
Ellos se espantaron y comentaban: «Entonces, ¿quién puede salvarse?»
Jesús se les quedó mirando y les dijo: «Es imposible para los hombres, no para Dios. Dios lo puede todo.»
Pedro se puso a decirle: «Ya ves que nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido.»
Jesús dijo: «Os aseguro que quien deje casa, o hermanos o hermanas, o madre o padre, o hijos o tierras, por mí y por el Evangelio, recibirá ahora, en este tiempo, cien veces más –casas y hermanos y hermanas y madres e hijos y tierras, con persecuciones–, y en la edad futura, vida eterna.»

Marcos 10, 17-30

Te quiero a ti

«No quiero tus cosas, te quiero a ti». Quizás podría ser una actualización del evangelio de hoy, un evangelio tan conocido que corre el peligro de pasar de puntillas por nuestra vida.

Conocemos la historia, uno (a menudo decimos que joven pero lo cierto es que Marcos no habla de su edad), que tenía muchas cosas a su favor, pero cuando Jesús le pide que lo deje todo para seguirlo, se encuentra con una decisión difícil. Y es que sabemos que cumplir con las normas no es suficiente, es más, Jesús no está interesado solo en lo que haces o en lo que tienes, sino en ti mismo, en tu corazón. Hoy, si dejamos que la Palabra vuelva a hacerse nueva, también te enfrentas a la misma elección: ¿seguir una vida cómoda y segura, o entregarte por completo a algo mucho más grande, a una relación profunda con Jesús?

Vivimos en un mundo que nos empuja a acumular, a probarlo todo, a no comprometernos con nada. Pero Jesús llama a algo diferente: a vivir con propósito, con un corazón libre. No te pide que renuncies a tus hobbies, a tu tiempo o a tus talentos, sino que te pide a ti. Lo que le importa no es lo que tienes, sino que estés dispuesto a dejar todo lo que te ata para caminar a su lado. Cuando haces eso, descubres que lo que Jesús te ofrece es mucho más valioso que cualquier posesión: una vida plena, libre y llena de amor. Que se lo pregunten si no a los que se han atrevido a dar el salto, los que no pueden callar el inmenso tesoro lleno de sentido que han descubierto.

Quizás el reto para nosotros hoy sea el de ser valientes y elegir confiar. En un mundo que nos dice que no es necesario comprometerse, que puedes cambiar de dirección en cualquier momento, Jesús te llama a tomar una decisión firme. No significa perder, sino ganar. Elegir a Jesús no es renunciar a la vida, sino encontrarla en su plenitud. Él te quiere a su lado, no solo como seguidor, sino como amigo, como alguien que lo ha elegido de verdad. Cuando le entregas tu corazón, Él te llena de un amor que lo transforma todo. Eso, te lo garantizo.