Hermanos difuntos

Juan Antonio Palacios sscc (Maño)

Autor: Joaquín Garre sscc

Cada hermano que se nos regala es una riqueza para toda la comunidad, para su familia y para la Iglesia, pero en el caso de Maño, es también un testimonio de constancia y de lucha por una sociedad mejor.

Influido fuertemente por la Teología de la Liberación, Maño trabajaba con las comunidades, con una paciencia infinita, leyendo la Biblia y dando pie para que la gente la interpretara, para que el Evangelio resonará en ellos y ellos se atrevieran a decir qué es lo que Jesús nos pide a través de la Palabra de Dios.

Este misionero paciente, me escuchaba con atención (la F.I. le había encargado ser mi acompañante durante el año de experiencia misionera), como si no hubiera nadie más en el mundo. Nunca interrumpía. Solo al final, apuntaba alguna conclusión o alguna pregunta que ayudara a profundizar. Lo mismo hacía con las comunidades, que entonces llamaban CEB: Comunidades Eclesiales de Base.

Como otros misioneros, también sus homilías fueron “controladas” por el régimen de Stroessner, durante la dictadura. Todos sabían que la comunidad de SS.CC. era “peligrosa”.

También promovió un fondo solidario para reconstruir las casas de la gente pobre, de manera que, la familia que ya se fuera recuperando, devolviera ese fondo y se pudieran seguir renovando casas (barracas muchas veces).

Escribía un pequeño boletín para animación espiritual y social de las parroquias.

Maño promovió siempre que los hermanos de la Región del Paraguay estuvieran siempre en las zonas más humildes. De hecho, se abandonó la zona más elegante de la ciudad para ir a vivir a Nhu Porä y lugares parecidos. Franco (Puerto Franco en el Este del País, frontera con Brasil) ha seguido siendo un lugar privilegiado para esa atención a los pobres.

Sin duda, nuestro hermano ha marcado un estilo muy especial, muy en la línea de los Capítulos Generales del 82 y el 88 e intentó vivir con coherencia, con enorme austeridad su vida.

De nuevo, agradecer la vida de un buen hermano, de un testigo de la fe, de un hombre coherente, de un buen hijo de los Sagrados Corazones.