El miércoles 26 de junio a las 20 horas, la parroquia de San Marcos acogió una eucaristía de acción de gracias presidida por Mons. Teodoro León Muñoz, obispo auxiliar de Sevilla, por los 70 años de presencia de la Congregación en la parroquia, que se despide de su presencia religiosa en San Marcos el próximo mes de septiembre.
Durante la acción de gracias, Pedro Gordillo, el Superior Provincial, ha dado gracias a Dios «por todos los feligreses, sacerdotes, hermanos y hermanas de la Congregación que, a lo largo de estas casi siete décadas, han entregado su vida a esta parroquia. Han conseguido hacer de un templo que comenzaba en ruinas en aquel momento, una gran comunidad según tu corazón, Señor, y ser ejemplos vivos de fe y esperanza».
Por su parte, Aurelio Cayón ss.cc., actual párroco de San Marcos, ha querido en estos días agradecer «a toda la comunidad parroquial y a los que nos han acompañado en este día. Los setenta años de la Congregación en San Marcos han sido una hermosa historia de vida compartida en el seguimiento de Jesús y en el servicio a la gente de este barrio del centro histórico de Sevilla. Y la celebración del pasado miércoles nos ayuda a poner la mirada en el futuro, en el que, en una situación nueva, seguimos estando llamados a seguir a Jesús. Y la mirada a la comunidad parroquial de San Marcos nos hace ver a una pequeña comunidad creyente en la que sus miembros han nacido a la fe y han crecido en ella ayudados por el carisma ss.cc. Esto nos hace ver el futuro con esperanza y alivia también la pena que causa la despedida. Gracias a los Sagrados Corazones de Jesús y de María, que nos siguen mostrando el amor de Dios», ha afirmado.
La comunidad de San Marcos se formó en 1955 y ha sido fuente de fe para muchos de los religiosos de la Provincia Ibérica que en ella realizaron su noviciado y profesaron sus votos religiosos. San Marcos es y será para muchos de ellos un hogar, un lugar de Dios. En su acción de gracias, el Superior Provincial recordaba que: «En esta casa muchos hemos conocido la vida religiosa y hemos celebrado nuestros votos, otros han vivido su etapa apostólica más feliz y algunos incluso han sentido el cuidado y abrazo hasta que han marchado a Dios». Así, también destacaba que «el carisma ha impregnado todas las obras y acciones, transformando vidas y sembrando semillas de fe que seguro seguirán floreciendo en nuestra parroquia».