Evangelio Joven, Jóvenes SS.CC., PJV

Comentario al Evangelio Joven del 26 de enero de 2025, III domingo del tiempo ordinario, ciclo C

Autor: Fernando Cordero sscc

Ilustre Teófilo:
Puesto que muchos han emprendido la tarea de componer un relato de los hechos que se han cumplido entre nosotros, como nos los transmiteron los que fueron desde el principio testigos oculares y servidores de la palabra, también yo he resuelto escribírtelos por su orden, después de investigarlo todo diligentemente desde el principio, para que conozcas la solidez de las enseñanzas que has recibido.
En aquel tiempo, Jesús volvió a Galilea con la fuerza del Espíritu; y su fama se extendió por toda la comarca. Enseñaba en las sinagogas, y todos lo alababan.
Fue a Nazaret, donde se había criado, entró en la sinagoga, como era su costumbre los sábados, y se puso en pie para hacer la lectura. Le entregaron el rollo del profeta Isaías y, desenrollándolo, encontró el pasaje donde estaba escrito:
«El Espíritu del Señor está sobre mí,
porque él me ha ungido.
Me ha enviado a evangelizar a los pobres,
a proclamar a los cautivos la libertad,
y a los ciegos, la vista;
a poner en libertad a los oprimidos;
a proclamar el año de gracia del Señor».
Y, enrollando el rollo y devolviéndolo al que lo ayudaba, se sentó. Toda la sinagoga tenía los ojos clavados en él.
Y él comenzó a decirles:
«Hoy se ha cumplido esta Escritura que acabáis de oír».

Lectura del santo evangelio según san Lucas (1,1-4;4,14-21)

Alas para volar

Imagínate por un momento a Jesús en la sinagoga de su pueblo. Todos los ojos están puestos en Él, y sus palabras resuenan: “Hoy mismo se ha cumplido esta Escritura delante de vosotros”. ¿Qué quiere decirnos Jesús hoy, en nuestra vida? Nos está hablando de libertad, esa capacidad que a veces sentimos que la vida, las preocupaciones o incluso nuestras dudas nos quitan.

La libertad no es solo hacer lo que queramos, sino ser quienes realmente somos. Jesús entra en nuestra historia personal para recordarnos que fuimos creados para volar, no para arrastrarnos bajo el peso de la rutina, el miedo o el qué dirán.

Pensemos en nuestros sueños, en esos talentos que llevamos dentro. ¿Cuántos hemos dejado que se apaguen? ¿Cuántas veces hemos enterrado lo que somos porque creemos que no es suficiente? Jesús viene a sacudirnos y a inspirarnos: “El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha consagrado para llevar la buena noticia a los pobres…”.

Hoy más que nunca necesitamos mirar a Jesús. Como un marinero fija su vista en el faro en medio de una tormenta, nosotros también necesitamos fijar nuestra mirada en Él. Pero no basta con mirar, necesitamos escuchar. Escuchar su Palabra es escuchar la verdad que nos libera, que nos despierta del letargo y nos habla de un año de gracia, que nosotros podemos aprovechar especialmente en este año jubilar que estamos celebrando como peregrinos de esperanza.

Piensa en alguien que enfrenta dificultades, pero vive con alegría y paz, incluso en medio del dolor. Esa es la libertad que Jesús nos ofrece: una libertad que no depende de las circunstancias, sino de la confianza en que Él camina con nosotros.

Hoy es el momento de preguntarnos: ¿Mi fe me hace más libre? ¿Me lleva a ser quien Dios soñó que fuera? Si mantenemos los ojos en Jesús y los oídos abiertos a su Palabra, veremos que Él cumple sus promesas, en contraste con lo que tantos políticos y embaucadores pretender ofrecer. Celebremos que “hoy” se cumple esta Escritura.