En el término municipal de El Puerto de Santa María, en Cádiz, se levantan tres centros penitenciarios: Puerto I, II y III.
El trabajo de la pastoral penitenciaria en estos lugares es muy importante debido a la cantidad de reclusos que viven en estas cárceles.
Y en este contexto, a principios de 2017 pusimos en marcha un proyecto de acogida para presos en segundo grado en la misma comunidad de religiosos que vive en Jerez de la Frontera y anima la parroquia San Pablo en el barrio de San Telmo.
Los permisos ordinarios son concebidos como un instrumento para la preparación de la vida en libertad.
Pero son muchos los que no pueden disfrutar de ellos porque no tienen una familia o persona de referencia que los acoja.
Respondiendo a esta necesidad pusimos en marcha el proyecto de acogida, porque nos encantaría que las personas que están privadas de su libertad, de su dignidad, encontrasen en nuestra comunidad un sitio donde disfrutar de estos permisos penitenciarios.
Nuestra acogida no está financiada ni recibe ningún tipo de ayuda pública o privada en la actualidad. Se trata simplemente de un grupo de religiosos que vive en comunidad y que un día decidió compartir su espacio y su intimidad con los presos que lo solicitan.