Hace algunos años que vivimos en este barrio periférico de Kinshasa. Esta tierra es cada vez más un lugar de refugio de las familias pobres que vienen de la Provincias y también zona que acoge las victimas forzadas al exilio por causa de guerra al interior del país.
Económicamente hablando, son las mujeres que sostienen las familias por falta de trabajo fijo de los esposos. Las familias viven de negocios informales. Aquí no existe una escuela de infantil o primaria con buenas condiciones. Tampoco hay maestros bien formados. Todo esto dificulta la educación de los niños y niñas para seguir desarrollándose en el futuro.
Aunque no existen datos estadísticos oficiales, la comuna de Kimbanseke, al este de Kinshasa, cuenta con unos 2 millones de habitantes. Y el barrio donde residimos, Kisantu, tiene un gran problema de electricidad y falta de agua potable. Además, aquí cada vez más jóvenes caen el alcoholismo por encontrarse desocupados y sin poder desarrollar un oficio.
En este entorno, la escuela Beato Eustaquio SS.CC. quiere abrir sus puertas para todos los niños del barrio, pero mucho más a los niños pobres. Porque no hay una mayor pobreza que la pobreza intelectual. Cuando esté activa se espera que atienda a más de 200 alumnos.
Conscientes de la incapacidad de llevar a cabo la construcción de estos dos edificios que formarán la escuela sin ayuda externa, la Provincia de África de los Sagrados Corazones pide nuestra colaboración para poner este sueño en marcha. El coste total de proyecto asciende a 390.776 dólares, de los cuales los religiosos solo podrán financiar localmente 63.776 dólares, aportación con la que se está tramitando el permiso de construcción y el combustible para contar con agua disponible durante la obra.